domingo, 23 de noviembre de 2014

PRISMA: Una alternativa para la libertad, la paz, y el aprendizaje


Colombia afronta una de las crisis más profundas en materia educativa. Y no es precisamente por la escandalosa posición en que se ubicó en las Pruebas Pisa, ni por los bajos rendimientos académicos de los estudiantes, o por el divorcio latente entre la familia y la escuela.
La crisis tiene su origen en el arraigamiento de un sistema educativo tradicional anacrónico a las necesidades de la “nueva” sociedad colombiana, un sistema que privilegia la desigualdad e inequidad, que promueve un “statu quo” basado en la economía no en el conocimiento, y que afianza imaginarios negativos en torno  al proceso educativo, a cambio de altas tasas de deserción estudiantil.
Los maestros nos enfrentamos cada mañana a la apatía juvenil, al ausentismo afectivo de la familia, a la pobreza económica y peor aún, la espiritual, de nuestros estudiantes; al negativismo encarnado en los sueños del mayor tesoro de una nación: los niños y los jóvenes; a las dificultades propias de su edad, ahondadas por una sociedad indiferente, competitiva y frívola.
Justamente, allí, en esa realidad particular es que surge PRISMA. Una propuesta pedagógica que promueve la transformación de los espacios, las metodologías, los actores  y sus roles al interior del proceso educativo. De esta forma, encuentra sentido el “principio rector” de la propuesta:
La escuela debe promover el trabajo colaborativo, la resolución de conflictos entre pares, el autoaprendizaje y el uso de las tecnologías como mediador de la información, que permita al joven construir su propia percepción de la realidad y del mundo”[1]
Al promover el autoaprendizaje, el estudiante asume un rol protagónico que exige nuevas actitudes y aptitudes en pro de la construcción del conocimiento, afianzando habilidades y destrezas como la comunicación asertiva, la lectura comprensiva, la producción escrita y la creatividad para resolver situaciones problémicas, además del fortalecimiento de valores propios del trabajo colaborativo que lo hacen más apto para asumir, cada vez,  tareas de mayor complejidad.
La mediación de las TIC en dicho proceso es imprescindible, pues coloca al estudiante en un entorno académico que trasciende lo nacional. En un mundo globalizado, vertiginoso y en constante cambio, el uso de las herramientas informáticas desde la ética, la honestidad, el respeto y la innovación, marcarán una enorme diferencia social. Francesco Tonucci afirma respecto a la escuela:
Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo”[2]
Ahora bien, en la búsqueda de un aprendizaje efectivo, permanente, y reflexivo, el acto pedagógico en PRISMA, se cimenta en el Aprendizaje Significativo y el Aprendizaje Basado en Problemas. El afianzamiento de actitudes y mensajes positivos se hace desde la Programación Neurolingüística lo que implica un cambio en las actitudes del maestro quién debe promover ambientes dialógicos saludables, el autoreconocimiento de debilidades y fortalezas de ambos actores y la inclusión del juego como parte de la praxis pedagógica. En esta nueva dinámica el viejo imaginario de “la clase” y “el aula” se transforma a uno nuevo más alegre, más nutritivo académicamente, más gratificante. Alvin Toffler en su libro “El shock del futuro” citó una idea de Herbert Gerjuoy respecto al analfabetismo y que hoy debemos tener muy presente los maestros:
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”

La educación colombiana tiene hoy una enorme oportunidad: transformar la sociedad caótica, pesimista, violenta y desesperanzada por una nueva con sueños, con oportunidades, con sus propios caminos y esperanzas, preparada para afrontar los retos del futuro: una comunidad profundamente ética, decididamente propositiva, inagotablemente innovadora. PRISMA pretende construir el puente que nos acerque a una sociedad equitativa, en paz, y libre de las ataduras que durante tanto tiempo nos han marginado de una Colombia mejor.

Esp. Hernán Mallama Roux
Profesor Español y Literatura.





[1] Esp. MALLAMA R. Hernán. PRISMA: Alternativas para el aprendizaje efectivo en ambientes confortables basado en la integración de las Tecnologías de la Información y Comunicación y enfoques pedagógicos de vanguardia. Diciembre 2013.

jueves, 21 de junio de 2012

BIENVENIDOS




Los invito a leer estos textos sin miramientos, sin prejuicios, más bien, con una mirada indulgente y propositiva. Espero les aporte algo y espero que me aporten a través de sus comentarios. Este blog es un espacio abierto para sus producciones, así que anímense a escribir.

Esp. Hernán Mallama Roux

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sábado, 14 de noviembre de 2009

ÉTICA: Una calle de doble sentido

Y es justo, pues en la indigencia yo soy el primero
dispuesto a afrentarme a mi mismo.
Dostoyevski




En el siguiente ensayo, producto inobjetable de la lectura de autores como Nietzshe, Pascal, Montaigne, Rusell y Fromm sin desconocer algunos literatos como Dostoyesvki y Hesse, establezco -eclecticamente- un escueto panorama acerca de la influencia de la ética en la conducta humana; sin desconocer el sistema sociológico en el que està inmerso el hombre, su procedencia casi divina -según la iglesia- y su realidad, tan fragmentada y dispersa como pedazos de un mismo espejo.


Son muchas las preguntas que empiezan a surgir cuando nos contemplamos así: simples mortales en constante evolución. Creo sin embargo, que la raíz de tal desencuantro, puede por demás hallar sustento sí y solo sí, -valga aquí la bicondicional cómo el eterno dilema dual que nos acompaña y que obedece a la razón y al instinto- La respuesta al suguiente interrogante satisface de alguna manera la curiosidad inherente a nuestra perenne condición de ignorantes.


¿Encuentra el hombre en la ética la real dimensión del bien y el mal, sin delimitar su actuar cotidiano, sin llevarlo a través del sendero del sufrimiento y el dolor , sin exacervar ni menospreciar su condición himana o incluso sin menoscabar su amada, y a lavez temida libertad?


No entraré a definir "bueno y malo" por hallarlo irrelevante para el texto, sin embargo al probabilidad de que ambos conceptos existan -y existen- en cada ser humano, los determinan inciertamente infinitos; tanto conceptos hay como universos de ideas múltiples en cada uno de los seres racionales que habitamos en el planeta. La cuestión es que la misma sociedad ha hecho trascender dicha concepción al punto de llevarla a un campo semántico indeterminado y relativo.


Luego de dos guerras mundiales y de diversas contradicciones y conflictos políticos e ideológicos ha aparecido un elemento antes inadvertido: La descomposición social. Freud explicó unas fuerzas irracionales que el hombre no dominaba ni podía explicar racionalmente y que aparecían en el subconciente generando una nueva escuela en psicología, que buscaba comprender al hombre desde su irracionalidad: el Psicoanálisis. Ahora bien, apelando a lo anterior, la filosofía contemponánea plantea explicaciopnes desde elementos no tan racionales como la intuición y el inconciente. Una vez contextualizado lo anterior me atrevo, pues, desde la mera observación y reflexión empírica (un poco de intuición) pasando por lo que denomino pragmatismo social (esto es, el individuo visto desde el ejercicio natural del ser vivo en constante interacción con otros individuos en igual condición) a hacer los siguientes postulados:


a. Lo malo no es más que un acto en perjuicio de otro:

Existimos en un mundo conflictivo, caótico, diverso y ahora, globalizado. Y de la misma forma transcurre nuestra vida; nuestras necesidades son y no son la de otros, es decir, compartimos metas, sueños, frustraciones, aire, espacio, emociones, comportamientos, en fin. Este hecho conlleva en la mayoría de las veces a que nuestras necesidades se hallen yuxtapuestas frente a las necesidades de otro ser y otro y otro; cada quien pugna por avanzar. Digamos por ejemplo que "X" debe dar de comer a sus dos hijos, no tiene trabajo ni un compañero en quien apoyarse. Va por la calle y ve la oportunidad de tomar uno de los relojes de una vitrina para intercambiarlo por comida y lo hace. La necesidad de este ser se halla frente a la necesidad de "Y" de vender el reloj para llevar la comida a sus hijos. "X" ha sido buena con sus hijos, a ella eso es todo lo que le importa.


Desde que el hombre empieza a agruparse, surge la imperativa necesidad de establecer ciertas condiciones para permitir una convivencia sana, la razón aún no había sido contaminada pues nunca las condiciones limitaron cualquier acto humano. La religión cristiana es, sin embargo, una de las instituciones que más ha contaminado la razón, pues pretende que el ser humano busque la perfección y la santidad por medio de sus actos. Y lo ha logrado. Culpa, arrepentimiento, contrición, son unos de sus más conocidos términos en los que se sustenta la justicia divina y por medio de los cuales el hombre debe redimir su imperfección. Pero no quiero centrar el debate en esto, sino en los diversos mecanismos que pretenden calificar los actos humanos. La justicia, incluso, trata de hacer lo mismo desde el colectivo humano, de una forma más general y efectiva -señalando desde las mismas leyes humanas de castigar al "malo" ignorando que las condiciones en las que se encuentra el ser humano no son propiamente las más adecuadas y en este sentido actúa según lo indique su instinto (cabe aquí la definición de Montaigne: "el hombre, en su todo y en sus partes es siempre mixtura y abigarramiento"2)- El instinto es primario, lo primario lo hallamos en los animales, por lo tanto el hombre es un animal, premisa que es cierta.


La libertad es inherente al hombre, éste debe hacer lo que debe y nada más, sin más sometimiento que el de su propia razón. ¿Hacia que extremo de la calle debo dirigirme? El que clasificó "lo malo" tuvo miedo de esa libertad.



b. Lo bueno es la libertad guiada por la razón:


"... lo que ocurre es que el medio corrompe, y nada más. Es su frase preferida. De ahí la conclusión directa de que si la sociedad se estructura normalmente, desaparecerán de golpe y porrazo los crímenes, pues no habrá contra qué protestar, y en un satiamén todos los hombres se volverán honestos"3. Sin lugar a dudas, la diversidad conductual del hombre esta sujeta por las normas, leyes y reglas que constantemente rigen, señalan y califican. Si desde el principio los instintos fuesen reconocidos como esencia humana, y se permitiese que el hombre no se negase a ellos sino que los reconociese como suyos y a la vez tomara conciencia de ellos, éstos quedarían sujetos a la razón y en adelante sus actos serían razonablemente instintivos, es decir, no contravendrían en absoluto los intereses colectivos y más aún irían en provecho de todos y de él mismo. Las circunstancias que prevalecen en un acto razonable atienden siempre a lo que se debe hacer sin ningún atenuante que desdiga en sí de lo que es la libertad. Desde luego que dicho estado libertario es desinteresado y por lo tanto está exento de orgullo y vanidad porque el orgullo según afirma Pascal: "contrapesa todas las miserias. O las oculta, o si las descubre, se vanagloria de conocerlas"4 y la vanidad "está tan anclada en el corazón del hombre que un soldado, un guapo, un cocinero, un faquín se alaban y quieren tener admiradores"5. La libertad no es más que un acto natural, sencillo y permanente. Su ejercicio no es casual, es resultado del infinito fluido universal que evoluciona y se mantiene y se evidencia en todas y cada uno de los elementos de la Naturaleza y es su oficio superarse, evolucionar, y desde su propio "yo" entenderse y entender, no desde la historia sino desde la contemplación, desde la concupiscencia eterna de la esencia y la materia.

La Naturaleza hace lo que debe hacer teniendo en cuenta todas las posibilidades que pueden ser millones, el hombre desde la lógica puede solamente contemplar tres. ¿Hacia qué extremo de la calle debo dirigirme? El que clasificó "lo bueno" escogió un sentido.

No puedo concluir este ensayo sin la conjunción de los anteriores postulados, al menos, asegurando que el ideal de una ética es considerarla como el vademécum vivo de la libertad. Primero, porque el hombre existe, y esa existencia connota de vida todo lo que en él influye y segundo, porque las conductas humanas van más allá de los prejuicios, éstas son propiamente innatas a cada ser humano y cambiar eso es pretender hacer girar el sol en sentido contrario. "El alma viva requiere vida, el alma viva no se somete a la mecánica, el alma viva es sospechosa, el alma viva es retrógrada"6. Finalmente y de acuerdo a lo expuesto anteriormente hallo entre todas las posibilidades una respuesta sencilla y por demás honesta: ¿Hacia qué extremo de la calle debo dirigirme? Que importa el extremo, estoy aquí en medio de la calle, desde dónde lo contemplo todo, desde donde todo me es más naturalmente inalterable.


Hernán Mallama Roux.
Ocurrencias de un Pedabobo
Pedagolandia
2005